lunes, 8 de octubre de 2012

Valeverga



Gloss, ese mar de plástico hipnótico
en tu boca
pelota de luz y pecado
tilde de tu niñez

es lo único que me quedó de ti

aquí
en la llanta delantera izquierda
junto a esas muelas.

Aspira


Hay calzones que huelen
como deben ser los olores de las almas
algo así como a ángel indigente

Esos son los que mantienen el orden del mundo.

El bajón


Los murmullos que quedito
expira la cáscara de un plátano
cuya alma de leche todavía gotea
en la caverna bucal
su ser todavía late aunque dormido
en el aire de los minutos cercanos

así debe ser el paraíso.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Expliqué a una niña Vanchai

Yo quisiera ser, mira
todo lo blanco que se requiere
para acariciar tu carísimo pelo alaciado
ser limpio, estar dispuesto a bailar, no saber leer
invitarte a salir a todos los lugares
que me aburren desde antes de pensarlos
con tal de encuerarte

pero la verdad no puedo
(desaparecería, soy un ángel, no lo tomes a mal)
y prefiero esperar
cuando te des cuenta de que tu mundo no es tuyo
ni es mundo
y te embellezca la mugre de la libertad
-tras un rayo de mala suerte-
vas a terminar con alguien como yo
y ese seré yo, moralmente

de hecho, estás cogiendo conmigo
en este preciso momento
en alguna parte del mundo
¿Cómo ves?

Agradecido

Tuviste la amabilidad
de dejarme algunos topers
de cielo en el refri

Dios te bendiga
y te mate

jueves, 28 de octubre de 2010

Oink

Que pudiera vivir en tus sandalias
-siendo diminuto, se sobre entiende, pendejos-
y comer de la mugre
(cuyo orden exacto desconozco)
que vive en sus arrugas, pliegues
y a la eternidad golosa

luego
cuando me la termine
porque tiene un fin (no es mucha)
que quedara varado en ese inmenso laberinto nácar
que yo limpié
y un día de tantos y como tantos
morir bajo tu pie
y a la eternidad otra vez

Aquí comienza quizá otro libro, tentativamente “Los puercos lloramos así”.